lunes, 30 de abril de 2007

La iglesia española no necesita la ley de la memoria histórica


Miles y miles de españoles están preparando ya sus maletas y sus banderas para peregrinar a Roma convocados por la Conferencia Episcopal. Van a asistir a una beatificación multitudinaria, la de casi quinientos mártires de la guerra Civil. Murieron hace setenta años y nunca les faltó el reconocimiento oficial, ni sus familiares tardaron ese tiempo en disponer de sus restos y conocer al detalle las peripecias de su ejecución. Durante setenta años nadie tuvo que guardar silencio ni sentir temor por ser familiares de esas víctimas. Las del otro bando, sí. Muchos de los que cometieron los crímenes fueron severamente castigados en juicio sumarísimo y, junto a ellos, otros muchos sin ninguna culpa.
A estos otros mártires no les espera ninguna beatificación, a lo único que aspiran sus familiares es a que se reconozca la ilegitimidad de los tribunales que les condenaron, y a dejar de ser considerados delincuentes. La Iglesia española, a través de sus portavoces habituales, viene escandalizándose porque algunos partidos políticos de izquierda, herederos de la República, deseen, con una ley, reparar esa injusticia. Su argumento, seguido dócilmente por quienes se sintieron muy cómodos con el silencio ante los crímenes cometidos por los vencedores de la contienda, es que ya se ha producido la reconciliación y hay que dejar de hurgar en el pasado.

El argumento, si fuera tal y no una coartada, cae ahora por su propio peso. La Conferencia Episcopal Española explica que esa beatificación servirá “para que no se olvide el gran signo de esperanza que constituye el testimonio de los mártires” y aprovecha para recordar las palabras de Juan Pablo II : “La Iglesia ha vuelto de nuevo a ser Iglesia de mártires”. No será en España, en todo caso. Aquí, monseñores, la Iglesia sigue siendo la de los privilegios, la de la pompa litúrgica y la que excluye y persigue a los cristianos críticos con la burocracia episcopal. Deberían, al menos, guardar un respetuoso silencio cuando los demás, entre los que se encuentran miles de familiares de maestros, políticos, o militares cristianos, que fueron asesinados no por su fe, sino por ser maestros, políticos o militares demócratas, reclaman la recuperación de su dignidad histórica. No les he oído pedir la celebración de ningún acto solemne al que acudir -podrían hacerlo- exhibiendo las banderas cuya defensa les costó la vida. No tienen tampoco un escenario tan impresionante como el Vaticano para hacerlo. Pero sería una buena idea. Ustedes, monseñores, nos han dado el ejemplo a seguir.
EDUARDO SOTILLOS

jueves, 19 de abril de 2007

PSOE e IU debloquean la Ley de la Memoria Histórica al acordar la ilegitimidad de la justicia franquista


El proyecto legislativo eliminará la figura del comité de notables para rehabilitar el buen nombre de las víctimas, y condenará de forma expresa la dictadura
CARLOS E. CUE - Madrid - 19/04/2007

El proyecto legislativo impulsado por el Gobierno se arrastraba por el Congreso después de que todos los grupos excepto el Partido Popular (que se opone) mostraran su apoyo a la iniciativa pero dejaran claro que no les gustaba cómo estaba redactada. A ninguno le convencía que la ley creara un comité de notables para rehabilitar el buen nombre de las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo.

El comité de notables, descartado

Izquierda Unida envió al PSOE una alternativa a su propuesta inicial de que los juicios del franquismo fueran anulados. El grupo presidido por Gaspar Llamazares propuso reconocer de forma oficial “el carácter injusto de las condenas, sanciones y cualquier forma de violencia personal y colectiva producidas por razonas ideológicas y políticas durante la Guerra Civil por parte de los sublevados, así como las sufridas por las mismas causas durante la dictadura franquista”. Y, además, declarar “la ilegitimidad, material y formal, de los consejos de guerra, del tribunal de represión de la masonería y del comunismo y de los tribunales de responsabilidades políticas”.

El pacto alcanzado por el PSOE e IU descarta la figura del tribunal de notables a cambio de esa declaración general de ilegitimidad de los procesos judiciales llevados a cabo durante el franquismo. Además, IU logra que se eliminen algunas menciones que igualaban a los dos bandos en contienda, así como la obligación de ocultar el nombre de los verdugos a todo aquél que quiera acceder a esa información..

Condena expresa del franquismo

Además, en el preámbulo de la ley se hará una condena expresa al régimen franquista por deseo de la coalición, y el texto convertirá el conocimiento de lo acaecido durante la dictadura y el fomento de los valores democráticos en política pública (es decir, constituirá un deber para las instituciones hacerlo).

El Gobierno trata ahora de sumar a este pacto al resto de grupos parlamentarios, aunque considera que será difícil convencer a ERC y prácticamente imposible arrancar el apoyo del PP.