miércoles, 21 de mayo de 2008

El día que dejé de creer en el fútbol…

El pasado 21 de mayo presencié un espectáculo bochornoso, cuando el que hasta ese día consideraba mi equipo, el Atlas de Guadalajara, entregó de manera flagrante su partido frente a Boca Juniors en cuartos de final de la Copa Libertadores.

La seguridad con la que los medios argentinos daban como ganador al Boca Juniors, la manera en la que la directiva del Atlas se desvivía en atenciones y en declaraciones sobre la "grandeza" del equipo argentino, las declaraciones de jugadores clave de ambos equipos en la previa y en el post partido, pero sobre todo la pobre defensa de un marcador sumamente favorable que llevaba el Atlas, me hace sospechar lo peor y pensar que los tapatíos se vendieron y perdieron el partido a propósito. Después de todo para Boca Juniors quedar eliminado en esta instancia hubiera sido considerado como un fracaso, mientras que para el Atlas ya se consideraría un éxito (al menos para la presente directiva). Por otro lado está claro que el negocio (tanto para la Conmebol, Fox Sports y demás patrocinadores de la Copa Libertadores) es que continúe el multi campeón Boca Juniors y no un advenedizo equipo chico como el Atlas. Lo patético es que por lo vsto, parece que la directiva atlista pensaba lo mismo.

Por eso me parece indignante que un equipo de fútbol "profesional" como se supone que es el Atlas, se preste y tenga el descaro de entregar un partido de esa manera tan evidente, frente a un Estadio Jalisco lleno hasta el tope con sus aficionados, y que apenas pasado el cuarto de hora de juego el equipo se encuentre completamente en la lona. Demuestra que es un equipo acomplejado, y que nunca va a poder quitarse el estigma de equipo perdedor, razón por la cual lleva más de cincuenta y siete años sin levantar una copa.

Desde aquí denuncio que todos y cada uno de los jugadores del Atlas traicionaron los principios que los habían llevado hasta esas instancias de la Copa Libertadores. Los denuncio por no tener vergüenza deportiva y llegar al partido entregados, con la clara intención de especular y de permitir que se evapore una ventaja clara que habían traido de Buenos Aires. Excusas habrán miles, que si estaban cansados, que si tenían enfrente a un equipo con experiencie en estas instancias, el caso es que se entregaron y entraron a la cancha derrotados desde antes que iniciara el partido, y que fueron partícipes de un espectáculo patético.

Denuncio al técnico Miguel Ángel Brindisi, que traicionó su sistema de juego, y colocó a jugadores en posiciones diferentes a las que venían desempeñando (como el Luis “el Macue” Robles, excelente medio de contensión al que puso de lateral, o el volante Gerardo Flores al que improvisó de defensa), poniéndolos en evidencia y a su vez demostrando una clara predisposición de su parte a perder el partido desde el planteamiento, cosa que resulta sospechosamente extraña para un "profesional".

Denuncio que jugadores clave del equipo se vendieron. Como Diego Colotto, que soltó la marca de Palermo en el primer gol, luego en el segundo gol de Palermo, tiene absolutamente toda la responsabilidad pues primero se tira al suelo sin que nadie lo toque, corre treinta metros al lado de Palermo sin marcarlo nunca, cuando el delantero recibe la bola, no hace nada por estorbarle y se le queda viendo a la distancia, finalmente en el tercer gol sale a marcar a Palermo con una increíble displicencia, lo que le permite al delantero meter un golazo y darle la puntilla al Atlas.

De la misma manera denuncio a Jorge Bava, que tiene un error en una mala salida en el primer gol, se vence precipitadamente en el segundo, y en el tercero directamente andaba de vacaciones, luego como colofón a su esperpéntica actuación, se hace expulsar a las primeras de cambio en el segundo tiempo. La opereta de salir llorando del campo, que ciertamente contrasta con el conformismo en sus declaraciones al finalizar el partido, aumentan lo patético y lo falso de la situación.

Finalmente denuncio al señor Claudio Vivas, director deportivo del Atlas, que se encuentra negociando a jugadores de Boca Juniors como Mauro Boselli, aprovechando el viaje, cosa que por los tiempos representa una falta total de ética profesional , pues en ese mismo momento que "su" equipo está dispuntando los cuartos de final ante el equipo argentino. Esto nos lleva a pensar en la posibilidad que el señor Claudio Vivas haya decidido entregar el partido a cambio de algún tipo de favor, algún maletín de dinero o de alguna rebaja en la transferencia. Al final, esta manera tan patética de perder parece haber sido cuestión de negocio en el que el señor Vivas logrará colocar a algunos jugadores argentinos en el Atlas, institución en la que tiene más que segura la continuidad, al igual que Brindisi, Colotto, Bava y Marioni, personas que conforman una pequeña mafia argentina, y que tienen secuestrado al club tapatío.

En las declaraciones post partido, escuché al técnico Miguel Ángel Brindisi que completamente vencido, sólo tuvo halagos y palabras de aliento para su rival, al que calificó de "el mejor de todos", y dijo que "era normal pues ante Boca Juniors se pagan caro los errores" y que el segundo tiempo fue un "trámite que sobró", por otro lado las declaraciones de Diego Colotto y de Jorge Bava, fueron en la linea de "ni modo, ahí para la otra", cosa que me resultó absolutamente indignante.

No es de extrañar que para el próximo semestre se vean intercambios entre estos dos equipos. No me sorprendería nada que Diego Colotto, que siempre ha pensado que tiene mucho nivel para el fútbol mexicano, recale en Boca Juniors (que tiene problemas en la zaga central) con la intención de venderse a Europa, o que el propio Miguel Ángel Brindisi, regrese en el mediano plazo a dirigir al equipo Xeneize. Por otro lado es casi un hecho que dos jugadores de Boca Juniors llegarán al Atlas para la segunda mitad del año, uno Mauro Boselli (probablemente para reemplazar a Bruno Marioni, que lleva alrededor de dos años retirándose), y un juvenil, cuyo nombre desconozco.

Por otro lado, no resulta el descabellado el pensar que el "poderoso" Boca Juniors va por ahí comprando partidos, puesto que sus "hazañas" de regresar de marcadores comprometidos o incluso imposibles le ocurren sospechosamente demasiado seguido, si esto ocurrió recientemente con equipos como la Juventus, el Milán o la Fiorentina, no hay razón por la que no pensar que esto no ocurra en Latinoamérica, en donde la corrupción es algo habitual, particularmente cuando hay varios equipos mediocres como el Real Potosí, el Atlético Maracaibo, desde luego el Atlas, y hasta el Cruceiro que se prestan para ello.

Es por esto que el día de hoy, 21 de mayo, me declaro oficialmente en contra del fútbol, deporte que únicamente voy a practicar y no seguir, pues me siento traicionado y no hay ningún equipo que me convenza que se merece que pierda mi tiempo en verlo y apoyarlo. Me repugna lo que presencié y dudo que esto cambie.

Hasta siempre.



Sebastián del Amo

2 comentarios:

José Del Tronco dijo...

Querido Sexy, mas de una vez sentí lo que tú ayer. Creéme que creo entender lo que te sucede, y dado me eterno resquemor al equipo con el que le tocó perder al Atlas, en buena medida soy hermano tuyo en la decepción.

Sólo diré un par de frases que no buscan consuelo sino un poco de distancia y serenidad. La primera, y siguiendo la tónica de tus palabras, podría ser (tal cual me decía ayer mismo un viejo amigo viejo -profesor de historia, amante del futbol y de la música): "Cayó el Imperio Romano de Occidente, cayó el Imperio Bizantino, Cayó el Imperio Otomano, Cayó el Imperio Autrohúngaro, finalmente desapareció la Unión Soviética; por qué no va a desaparecer el fútbol...?" (él no dijo exactamente fútbol, sino River, la institución de nuestros amores que vive desde hace algunos años, profundas crisis institucionales). En ése momento uno no tiene respuesta a ese interrogante. Podríamos decir que, lógicamente, una institución deportiva, puede desaparecer también. Sin embargo, y ésto lo digo yo, cómo hacemos para que desaparezca de nuestros corazones. Seguramente podremos ignorarla, hacerla a un costado, destinarla al más ruin de los destierros sentimentales, pero allí estará... por siempre, dándonos señales de que seguimos vivos. Si el corazón late, es, en buena medida, gracias al Atlas o a River Plate...

Anónimo dijo...

mmm donde viste eso de que atlas se vendio. yo odio a boca juniors y al futbol argentino pero no creo que atlas se haya vendido yo solo creo que no supo que hacer en el partido si arriesgar o esperar a boca. creo que boca como todos sabemos lo van a ayudar en la libertadores pero creo que paso a las semifinales aprovechando los pecados del atlas