martes, 6 de febrero de 2007

Los niños están de moda


Diego Suárez (7 de octubre de 1992; Santa Ana, Bolivia) tiene apenas 14 años y cuatro meses, pero ya posee un récord: la semana pasada se convirtió en el futbolista más joven que haya disputado un partido de la Copa Libertadores, el equivalente suramericano a la Liga de Campeones. Lo hizo como titular del Blooming, equipo boliviano de Santa Cruz de la Sierra, en el encuentro de ida de la fase previa con el Santos, brasileño, y, según las crónicas, cumplió satisfactoriamente en la tarea que le había encomendado Álvaro Peña, su entrenador. La misión consistía en controlar los movimientos de Zé Roberto, el veterano zurdo que pasó por el Madrid, el Leverkusen y el Bayern Múnich, además de disputar el pasado Mundial con Brasil, y Suárez lo hizo con eficacia, frenando a un futbolista que le saca 18 años. Tal es así que Peña prometió seguir contando con él en el de vuelta, disputado la pasada madrugada.

"Yo no sabía quién era Zé Roberto. Fueron mis compañeros los que me dijeron que había jugado un Mundial y en el Madrid", confesó después del partido el nuevo ídolo de Pailón, población a 50 kilómetros de Santa Cruz. Lo curioso es que Suárez juega como delantero en las categorías juveniles del club, pero la obligación de defender le hizo olvidar sus cualidades naturales el día del gran debut y, cuando Peña necesitó mayor poder ofensivo para ir a buscar el empate -el Santos, dirigido por Vanderlei Luxemburgo, ganó por 0-1-, le retiró en el minuto 53.

Su caso, aunque llamativo, no es, sin embargo, nada excepcional en el fútbol suramericano, lastrado por la fuga masiva de jugadores cada vez más jóvenes, principalmente a Europa, y espoleado por la comprensible ambición de familias que ven en el hijo habilidoso el salvavidas para una situación económica casi siempre desfavorable. Suárez es el quinto de seis hermanos de una familia que migró a Santa Cruz, la zona más próspera de Bolivia, desde el departamento del Beni, al noreste, donde los índices de pobreza rozan el 70% o de la población. Y su sueldo en el Blooming es de 600 pesos bolivianos al mes (55 euros).


Algo semejante le ocurre a Nicolás Millán, quien el 10 de septiembre de 2006 se convirtió en el futbolista más precoz de la Primera División chilena al debutar con 14 años, nueve meses y 23 días en el Colo Colo. Jugó apenas 11 minutos ante el Santiago Wanderers, suficientes para tirar un caño, generar una ocasión de gol y provocar que al día siguiente los rumores le situaran en la órbita del Inter. El chico intentó no marearse: "Algunas entrevistas me dan risa. Me preguntan cosas absurdas", dijo con una madurez impropia de su adolescencia ante las comparaciones con Cristiano Ronaldo, Pelé o Maradona.


No es el caso de Martín Acevedo, el argentino de 12 años que disputó el torneo de Arona para el Atlético de Madrid y que confesó su deseo de dejar la disciplina del Boca Juniors para trasladarse a España: "El futuro de mi familia depende de mí". Su caso produjo una auténtica conmoción en su país. Mauricio Macri, el presidente del Boca, se reunió con los padres para intentar convencerles de que se quedaran y la prensa puso el grito en el cielo ante lo que consideran un despojo en toda regla.
Menos traumática fue la marcha de Federico San Millán, de 13 años, procedente de las categorías inferiores del Independiente y que ahora se entrena con el Getafe. Pero sirve para ejemplificar una moda que amenaza con expandirse y bajar el listón de la edad a alturas insospechadas.

Algunos meses atrás, Juan David Torres pasó a ser una celebridad en Colombia con sólo cinco años después de que su padre colgara un vídeo con sus habilidades en internet. Y hace apenas unos días se supo que el Santos ha fichado a Bruno Pelegrini, un goleador de seis años. Por ahora, y teniendo en cuenta que el equipo brasileño tiene la eliminatoria encarrilada ante el Blooming de Diego Suárez, no consta que Luxemburgo le convocara para estar en el banquillo.

R. CHISLEANSCHI - Madrid - 07/02/2007

No hay comentarios: